Cómo impulsar tus propósitos de año nuevo con pequeños cambios
Cuando se trata de establecer hábitos más saludables, no hay nada como un nuevo comienzo. El comienzo de un nuevo ciclo es inspirador y puede llenarnos de energía para comprometernos con nuestras resoluciones de Año Nuevo.
Si eres como la mayoría de las personas, probablemente prometiste comer mejor y hacer más ejercicio, ¡y esas son grandes metas! Si tomas la decisión de ponerte en forma, estás diciendo que cuidarte mejor es muy importante. Si no fuera importante, no seguirías trabajando en ello.
Sin embargo, si te propones metas inalcanzables, puedes correr el riesgo de sentirte desanimado. Cuando los objetivos se establecen de la manera correcta, la mente y el cuerpo trabajarán juntos para ayudarlo a lograr lo que deseas.
Aquí hay algunas ideas para ayudarte a impulsar tus resoluciones de este año:
Empieza con pequeños cambios
Si planeas agregar solo un kilómetro extra a tu caminata diaria o comer en casa una de las tres comidas principales, entonces ese es un buen comienzo. Eliminar los malos hábitos no ocurre de la noche a la mañana, por lo que incluso las pequeñas mejoras son significativas.
Los pequeños cambios en la forma de hacer las cosas todos los días realmente pueden sumar. Y puedes continuar construyendo sobre estos pequeños éxitos durante todo el año.
No hagas demasiado a la vez
Es muy bueno ser ambicioso, pero si intentas enfrentar demasiados cambios a la vez, podrías estar preparándote para la derrota. Hacer las resoluciones es la parte fácil, hacer que se adhieran es lo difícil porque tienes que hacer las cosas de manera diferente.
Necesitas tiempo para deshacerte un mal hábito, por lo que la repetición es muy importante. Pero es mucho más fácil repetir una tarea pequeña y relativamente fácil que una que parece positivamente titánica.
Identifica los obstáculos
Para alcanzar tus objetivos, debes averiguar qué es lo que se interpone en tu progreso.
Averigua por qué no estás haciendo lo que planeas hacer y cómo puedes hacerlo más fácil. Es fácil decir que vas a comer más frutas y verduras, pero es difícil hacerlo si no los tienes en la casa.
Una vez que los tengas en la casa, debes hacer que te sea más fácil comerlos. Asegúrate de mantener una buena cantidad de frutas en el congelador para agregar a los batidos de proteínas. Trata de mantener un tazón de fruta en el mostrador de tu cocina para recordarte que la fruta es un gran refrigerio. O bien, ten a mano algunas verduras cortadas en el refrigerador donde las verás cada vez que abras la puerta en busca de algo para comer.
Enfócate en el panorama general
Solo porque los cambios son pequeños, no significa que no se sumen. Si ese almuerzo casero dos veces por semana tiene 300 calorías menos que tu almuerzo habitual en un restaurante, significa un ahorro de más de 31,000 calorías en un año, lo que podría traducirse en una pérdida de 9 libras o 4 kilos.
Si tomas una fruta en lugar de un tazón de helado todas las noches después de la cena, bajarías otras 10 libras o 5 kilos para el próximo enero… solo por ese pequeño cambio.
Aquí hay algunos ejemplos en los que pequeños cambios pueden tener un gran impacto con el tiempo:
- Elegir mejores ingredientes al comprar comida
- Ajuste de recetas para comidas más saludables
- Aprender un mejor control de porciones
- Reducir calorías al salir a cenar
Sigue leyendo y comienza con tus propósitos hoy mismo.
Susan Bowerman
M.S., RD, CSSD, CSOWM, FAND – Directora Sénior, Educación y Capacitación Mundial en Nutrición
Susan Bowerman obtuvo su Licenciatura en Biología con Honores de la Universidad de Colorado y recibió su Maestría en Ciencia de los Alimentos y Nutrición de la Universidad Estatal de Colorado. Es dietista registrada y cuenta con dos certificaciones profesionales de la Academia de Nutrición y Dietética como especialista certificada en Dietética del Deporte, así como en Obesidad y Control de Peso; también es Miembro de la Academia.
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